Después de haber escuchado cientos de veces el chiste de “¿Por qué el gato es dos veces animal?: porque es gato y araña”, resulta que en una cárcel de Rusia un preso ha añadido un tercer nombre a la lista: el de camello. Gracias a un contacto con el exterior que ocultaba heroína en el collar de un gato, un preso ruso se abastecía así con la droga que el felino introducía en la prisión. Hasta que un día alguien descubrió el apaño y la dirección de la cárcel recurrió a un perro anti-droga para atraparlo.
A finales del año pasado el gato fue descubierto antes de llegar hasta el preso. Este, al ver lo que se le venía encima, intentó defenderse. Pero las graves heridas que le provocó en su detención el txakurra acabaron finalmente con su vida. La del gato. El preso, mientras tanto, echa de menos a su minino y se pregunta cuándo se marchará el horrible mono que ha aparecido de repente en su celda.
Artículo de ANTONIO publicado en la GALLINAVASCA #34
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